Director’s cut, 2021

La experiencia de la naturaleza siempre conforma el artilugio imagen-paisaje, tanto en las representaciones plásticas y visuales como en las construcciones metafóricas de la literatura. El paisaje se crea a través de el deseo de mirarlo, de volver a él.

Girl serie, eje central de este fotolibro, retrata en su mayoría una escultura que se encuentra en el Parque de Ayora, Valencia. Representa a una figura femenina que levanta un ánfora de pie estrecho, a modo de arquetipo simbólico de la mujer como sustentadora. Este tipo de vasija se utilizaba en el Imperio romano como contenedor de líquidos, y una vez habían cumplido su función se destruían. Por ello, existe un monte en Roma llamado Monte Testaccio compuesto por restos de 53 millones de ánforas rotas cuidadosamente apiladas, que ahora da nombre al vigésimo rione de Roma. La imagen del monte Testaccio hace que, en un gesto de ruptura, todas la representaciones femeninas que cuidadosamente sostienen un contenedor que provee, lo levanten para posteriormente, romper la vasija en fragmentos. El objeto mediante su ruptura, deviene monte céntrico. El paisaje se genera con un gesto.

Para Michael Jackob, la concepción del paisaje se basaría en tres factores esenciales: el sujeto, la naturaleza y el vínculo entre ambos, tesis que desarrolla en su libro Le Paysage (2008). Pero a partir de los ochenta, el paisaje comenzará a definirse como un constructo. Es decir, una serie de argumentos culturales e intelectuales que vienen a reflexionar sobre “aquello que se ve” cuando de mira un territorio. Según los historiadores del arte, un paisaje es un territorio que se mira junto con una concepción cultural del mismo, es decir, junto con los relatos generados en torno a él. El paisaje se crea en tanto que la mirada lo construye, en tanto que está subjetivado bajo la mirada de la operadora de cámara.

Director’s cut, 2021. Impresión con tintas pigmentadas sobre papel coated double-sided mate. Cosido copto y encolado a mano. 148x210mm, Valencia