Todavía no era una visión

“Los intermediarios carecen de toda dignidad ontológica” Graham Harman “Si bien Brian Eno puede reclamar estar siguiendo los pasos de la “música de mobiliario” de Satie, conscientemente borrando todo rastro de expresionismo e invitando a su audiencia a hacer uso de su música sin escucharla; sus gestos estéticos todavía indican un cierto modo subjetivo: el de la discreción, el de una subjetividad que intenta mezclarse con su ambiente. Music for Airports (1978) resultaba demasiado íntimo como para que sonase de forma funcional en aeropuertos (con excepción de su emisión en el aeropuerto LaGuardia en Nueva York). Escuchando Watering a Flower, música de fondo realizada por Haruomi Hosono en 1984 para las tiendas Muji en Japón, reaparece la misma ambigüedad: más que neutralizar la expresión, la funcionalidad acaba liberando una singularidad expresiva que trasciende la funcionalidad. Es como si no pudiésemos seguir sin sujetos, sujetos que expresan y se encarnan en esta música, incluso cuando la encarnación es tan mínima que recurre a la desaparición. Pensar lo pop es pensar un sujeto político pop.” Agnes Gayraud

La construcción del ambiente, como imagen, cristaliza con las pretensiones naturalistas y cientificistas de la pintura barroca holandesa (después continuada con el romanticismo inglés) que se vale de aparatos intersticiales, medios que se dan por naturales, para relacionar el ojo con el objeto visto (y el sonido hasta las orejas). El aire se torna objeto absoluto, tanto representado (con el repertorio de paisajes metereológicos naturalistas) como mediador invisible en la génesis de un imaginario. Este gesto tiene un repliegue temporal con los esfuerzos de la música electrónica por hacer pasiva la expresión de los cuerpos y producir paisajes sonoros estrictamente desde la búsqueda de una neutralidad. La confusión entre figura y fondo va estrechamente relacionada con modelos de intención en medios técnicos aparentemente neutros, y define completamente nuestra forma de relacionarnos y posicionarnos con las imágenes. Cuando suspendimos la noción de distanciamiento y empezamos a considera los medios, pasamos a pensar que el cómo negociamos la realidad es desde el contacto con regiones materiales. La exposición se interesa por interfaces y soportes que nos median y hacen de atmósfera. Si todos los cuerpos con los que nos relacionamos se modifican y nos modifican como respuesta, no podemos continuar con la propuesta de que la materia es un objeto pasivo sobre la que proyectamos nuestro conocimiento, sino como encarnaciones de encuentros que encuadran discursos, fondos. La historia tiene procedimientos de argumentación retórica, estilísticos. Construcción de narrativas, cronologías, genealogías, que justifican formas de vida.

“El gesto del primer personaje de la izquierda tiene la función de una exhortación: nos introduce en la imagen. El movimiento de su índice inicia una invisible diagonal que domina la estructura del cuadro y guía la mirada del espectador. El segundo personaje refuerza el diálogo entre el espectador y la imagen, pues la muchacha nos mira. El desdoblamiento de la imagen implica al espectador de una forma demasiado evidente como para no intentar su interpretación en este punto” Stoichita

La serie de piezas que conforman la investigación de Sofía Alemán y la de Maria Doménech, se presenta como crítica a los sistemas de representación. La práctica de Sofía Alemán está atravesada por acercamientos críticos y respuestas genealógicas a la construcción de dispositivos visuales y regímenes escópicos, que materializa desde encuentros entre soporte e imagen fotográfica. Maria Doménech trabaja desde el soporte y recupera prácticas propias de la música ambient para hablar de posiciones políticas que se alzan desde lo pasivo y el fracaso, iniciando una conversación sobre la relación entre forma y negatividad.

Algo Algo Editorial, Valencia, 2024